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Borley, Rectoría Encantada

La rectoría de Borley fue construida en 1863 por el reverendo Henry Bull, en un solar de una zona desolada y poco poblada cerca de la costa este de Inglaterra, en la frontera de Suffolk.
Se trataba de un caserón de 23 habitaciones y en el vivían el reverendo, su esposa y sus 14 hijos.
El edificio fue construido sobre las ruinas de un monasterio benedictino del siglo XIII,
y en donde según contaba la leyenda, se produjeron unos hechos que desencadenaron en tragedia.

Parece ser que un sacerdote del monasterio y una monja del claustro de Bures, situado a 13 kilómetros de distancia, se enamoraron y mantuvieron un apasionado romance.
Atrapados en una situación que les resultaba abrumadora, decidieron huir para vivir intensa y libremente su idilio, pero desgraciadamente sus proyectos no fueron llevados a cabo. En su huida fueron apresados y asesinados salvajemente: él ahorcado, ella emparedada entre los muros del edificio, y el chófer de la carroza en la que escapaban ahorcado.
A partir de este hecho, se comenzaron en el monasterio una serie de apariciones y fenómenos paranormales, entre los que, según los observadores, se podía ver una figura vestida con hábitos religiosos.

Parece ser que el reverendo Henry Bull no se tomó en serio, cuando construía el edificio victoriano, de las advertencias de los lugareños al informarle de que el lugar era considerado embrujado desde muy antiguo.
Sin embargo pasado algunos años, tanto el personal de servicio de la familia, como sus hijos vivieron repetidamente episodios de raps e inexplicables huellas y apariciones de fantasmas, pero Bull se tomaba a broma los hechos. Incluso llegó a construir una casa de veraneo en la propiedad donde poder disfrutar de los puros después de la cena para ver el aspecto de la monja fantasma que andaba cerca.
La Rectoría Borley en 1890
En 1892 murió el reverendo Henry, y su hijo, Harry Bull lo sucedió en el puesto hasta su muerte en 1927. Durante este tiempo siguieron produciéndose hechos inexplicables que fueron corroborados por los vecinos de las localidades colindantes.
Borley en 1910

A la muerte de Harry Bull llego a la rectoría la persona que lo sustituiría y se haría cargo de ella: el sacerdote Eric Smith en compañía de su esposa.

Eric Smith se encontró con una vivienda siniestra, en la que la una intensa actividad paranormal comenzó a hacerles la vida imposible. Se escuchaban ruidos extraños, inexplicables tintineos de campanillas y timbres y sonidos. Se escuchaban pasos en las habitaciones, desaparecían artículos del hogar, los mueblen se desplazaban por el inmueble, se rompían los cristales de las ventanas, caían piedras sobre el tejado y se escuchaban gritos desgarradores y el paso de carruajes inexistentes por el lugar. También se observaba una figura luminosa que llevaba vestimenta de monja.
Dado que la tensión que se producía en la casa iba in crescendo, Smith decidió poner en conocimiento los hechos dándolos a conocer a los periodistas del periódico e Daily Mirror, y fue publicada el 10 de Julio de 1929.

La noticia sobre el embrujamiento del rectorado Borley se extendió por todo el país causando una gran expectación, por lo que el editor de dicho periódico decidió ponerse en contacto con
El parapsicólogo Harry Price, dada la repercusión que el caso había producido.
Harry Price era miembro de la Society Psychal Research y fundador de la National Library of Psychal Research dependiente de la Universidad de Londres. Acudió al lugar de los hechos y empezó a recopilar toda la información posible. Ya en los primeros resultados averiguó que el paraje contaba con un trágico pasado donde la muerte y los incidentes extraños eran una constante.
Harry Price decidió nada más llegar, practicar una sesión espiritista con el fin de aclarar el motivo de las manifestaciones. Participaron en él además de Price, una medium, el reverendo Smith y su esposa, pero el resultado de la sesión no hizo más que empeorar los ánimos, pues durante el transcurso de la misma apareció el espíritu del antiguo regente de la rectoría, el sacerdote Henry Bull, quien informó de todo el terrible pasado del lugar.
Como consecuencia de ello una semana después de la prueba, el párroco Smith y su mujer abandonaron definitivamente la casa y Price tuvo que abandonar sus investigaciones, pues los fenómenos que se producían habían cobrado tal violencia que hacía imposible la vida en la rectoría.

Transcurrió un año hasta que el rectorado fuera ocupado de nuevo, esta vez por el Reverendo Lionel Foyster, primo del fallecido reverendo Bull, y su esposa Marianne.
Con su llegada la actividad paranormal se acrecentó, llegando incluso a poner en peligro la vida de la señora Foyster, cuyo cuerpo fue arrojado de su cama una noche, cacheteado por manos invisibles, y era obligada constantemente a esquivar objetos pesados que volaban por la casa de día y de noche. Incluso una vez estuvo a punto de ser asfixiada por la presión que sobre ella ejercía un colchón que inexplicablemente se posicionó sobre su cuerpo haciendo una fuerte presión sobre ella.
Igualmente se escuchaba el sonar de las campanas, arrastrar de cadenas y se materializaban relojes y monedas.
Mensajes en las paredes
Poco después comenzaron a aparecer una serie de mensajes escritos en las paredes de la casa hechos por manos desconocidas que solicitaban ayuda. Frases como “Marianne, por favor, ayuda”, “Marianne devuélveme la luz a través de oraciones” o “No puedo entender, dime más”.

Ante tales acontecimientos, los servicios del parapsicólogo Price fueron nuevamente requeridos, que acudió junto a dos de sus empleados y un equipo móvil compuesto de todo tipo de instrumentos que le facilitarían el trabajo (cámara cinematográfica, cintas métricas, filtros luminosos y acústicos.)

Durante el tiempo en que Price realizó su trabajo se intensificaron los mensajes, que al parecer, encerraban algún tipo de información especial e incluso profética, tal es el que apareció en una ocasión: “esta casa será pasto de las llamas”.

Debido a que la mayoría de la actividad Poltergeist de los mensajes ocurrió cuando la Sra. Foyster estaba presente, Price llegó a atribuir toda la aparición de los mensajes a ella, aunque independientemente estaba claro que existía la presencia de la monja fantasmal y los otros espectros, así como todos los fenómenos que se producían.
Para él la rectoría no encajaba en las nociones preconcebidas de una casa embrujada. Esta fue una de las razones por las que llegó a ganar mucha reputación.

Marianne Foyster
A pesar que Price sostenía que las causas del fenómeno de los mensajes se centraban alrededor de Marianne, sostenía también la posibilidad de que la presencia etérea del rector se producía como una manifestación de solidaridad a ella por su difícil situación.
En una ocasión transmitió que los mensajes provenían de un joven católico.

Con todas estas pistas se llegaría a la teoría de que tras el misterio Borley se escondía en verdad una terrible historia de asesinato y traición, en la que el personaje principal era una joven monja, y que no se trataba de una leyenda.

Marianne comenzó a sufrir una gran alteración psíquica asediada ante tales acontecimientos, por lo cual el matrimonio abandonó la rectoría en 1935, quedando de nuevo inhabitada, ya que nadie quería vivir entre sus paredes.

Harry Price junto a la familia Foyster
Aprovechando esta circunstancia, el 25 de mayo de 1937 Price puso un anuncio en la columna del Times solicitando investigadores voluntarios para habitar la rectoría y registrar todos los fenómenos que pudieran producirse.

La respuesta fue masiva, y de entre todos los voluntarios Price eligió a más de cuarenta personas y publicó una guía de cómo llevar a cabo una investigación paranormal, entregando una copia a cada investigador y explicando qué hacer cuando los fenómenos se produjesen.
Durante estas investigaciones se produjeron varios avances en las comunicaciones con los espíritus, en una de las cuales, Price recabó el material para resolver el misterio.

En una de las sesiones, un supuesto espíritu llamado Marie Lairre reveló que había sido una monja en Francia, pero había abandonado su convento para casarse con Enrique Waldegrave, miembro de una familia acomodada, cuya casa había estado situada en el sitio de la rectoría Borley. Según reveló, allí, su marido había estrangulado y había enterrado sus restos en el sótano.
Esta historia concordaba con lo revelado anteriormente en las sesiones espiritistas, sobre la mujer emparedada y acrecentaba la teoría de Price de que todo se centraba en la monja, cuyo espíritu reclamaba su eterno descanso.

En 1939, otro morador pasó a tomar posesión de la vivienda, el capitán W.H. Gregson.
El 27 de febrero de 1939, cuando se encontraba desempaquetando libros en la biblioteca cuando una lámpara de aceite se estrelló incomprensiblemente contra el suelo y provocó un violento incendio que se extendió rápidamente y destruyó la rectoría, cumpliéndose así la profecía de “esta casa será pasto de las llamas”.
La Rectoría Borley quemada
Después del incendio se procedió a la demolición del edificio. Durante estas tareas, varios operarios aseguraron haber observado fenómenos paranormales en el lugar, y Price tomó de nuevo cartas en el asunto y aprovechó esta oportunidad para excavar en el sótano de la casa y descubrir unos huesos frágiles que resultaron pertenecer a una mujer joven. ¿Se trataba de los huesos de la joven monja asesinada y emparedada?
El llegó a la definitiva conclusión de que tal y como venía prediciendo, todo giraba en torno a la monja asesinada. Dio cristiana sepultura a sus huesos para proporcionar al espíritu la paz que tanto había buscado y cerró definitivamente el caso.

Todas sus conclusiones fueron recogidas en dos gruesos libros: el primero publicado en 1940 bajo el título The most haunted house in England (La casa más encantada de Inglaterra) y el segundo, The end of Borley rectory (El fin de la rectoría Borley), editado en 1945, tres años después del fallecimiento de Price.

Posteriormente, en 1956, todos estos sucesos fueron puestos en entredicho, y un equipo de investigación solicitó la revisión de los trabajos de Harry Price. Tras años de investigaciones, los resultados fueron publicados, y en los cuales se ratificaba de una intensa actividad paranormal en Borley.

La rectoría de Borley es considerada el lugar más encantado de Inglaterra.

Bibliografía:
* The Enigma of Borley Rectory - Ivan Banks
* Casas encantadas – Francisco Contreras gil

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